Desde el otero donde está sabiamente instalado el Parador, lugar que una vez ocupó el antiguo convento de Jesuítas, se contempla la fortaleza medieval de Monterrei, uno de los mejores ejemplos de ciudadela medieval que se pueden encontrar en la Península Ibérica.
El Parador presenta en su estructura el aspecto de un típico Pazo Gallego, con una torre central almenada y desde donde se obtienen magníficas vistas hacia el Castillo y sobre Verín y los prestigiosos viñedos del Valle del Támega.
Su cuidado y bonito jardín ofrece infinitas posibilidades para realizar una ceremonia civil o saborear un exquisito cóctel de bienvenida para recibir a vuestros invitados.
En su interior, de ambiente tradicional y confortable, se ubica un coqueto patio, lugar idóneo también para el cóctel.