Enclavado en una comarca tan privilegiada como insólita donde perviven las más remotas prehistorias, las artes, artesanías, técnicas y tecnologías persas, árabes, romanas, góticas y hasta modernistas. Una comarca que no puede ni quiere olvidar la trágica batalla de Teruel ni la sugerente leyenda de “los Amantes de Teruel”, tópico reiteradamente amasado por escritores y que se respira en su ambiente y en el de este magnífico palacete.
El espléndido edificio aúna en su construcción infinidad de estilos y líneas: mármoles, azulejería, arcos ojivales y detalles arábigos conforman la esencia de unas estancias alegres y diáfanas, perfectas para celebrar una boda de cuento de hasta 300 invitados.
La caza, que por estas geografías no escasea, al lado de insólitas hortalizas y frutas, como los melocotones de Calanda, y la riqueza de sus valles han sido ensalzados ni más ni menos que por Cervantes, completando así el mejor de los convites para la mejor de las celebraciones.